lunes, 15 de junio de 2009

Testimonios menstruales, nuestras andanzas I "Crónica de Danza ritual menstrual: CIHUAYO"

Crónica de DanzaRitualMenstrual: Cihuayo
Por Yaja

Cihuayo, gozo móvil de mis mares y silencios con raíces. Cuerpo que danza ciclos, cartografías, vulva, canal del río rojo…

Ritmo-Luna. Pronuncio “menstruación” y percibo el paso del temblor al sutil empoderamiento del menstruar: Poder de dar vida-muerte, de decir no, de limitar, capacidad de soltar y transformar. Niñ@s, jóvenes y viej@s aceptan, aceptan el hecho, raro e incómodo al inicio de un diálogo-menstrual. Al final se animan a compartir juegos y círculos curiosos, a lanzar una carcajada de gozo y espejo, o a unirse al unísono de las palmas.

Cihuayo surge paralelamente al compartir un tema crucial y poco hablado, la sangre lunar menstrual, en un círculo de mujeres. Hallé la palabra Cihuayo y la acuñe por ser fluido femenino creativo-en náhuatl-, nomás por eso, nada de enfermedad o cosa mugrosa o vergonzosa, sino líquido reconocido como dador de vida.

Crónica de las tres presentaciones-performances: el día de la mujer y el día de la tierra, benditas coincidencias…y el día en que se declaró la contingencia sanitaria por la influenza.

La primera vez, la del día de la mujer: un día soleado en Chapultepec, domingo familiar inesperado, tuvo lo suyo, me autopresenté, improvisé la palabra hablada y caí en cuenta, de que en tales paisajes pronunciar al micrófono menstruación puede ser rechinante y sin embargo, puede ser un silencio amorosamente asimilado. La resistencia primaria se volvió apertura. Presenté un soliloquio breve, aún en proceso en silencio, ocho minutos de oración movimiento: la metamorfosis de la adolescente desbocada a la niña avergonzada, a la despreocupada y a la bruja traganiños, escupemugres, hacia la consistente y bien plantada, pasando por la loba territorial que culmina en la linfática guerrera Artemisa, y después: silencio, entrega a la tierra, pausa. Fin. Grito festín, rito de gozo, y canto al “amor”.

La segunda vez, el día de la tierra, se añadieron dos escenas más: una al inicio y otra al final. Primera escena: exploro el ritmo con percusiones del cuerpo, contracción del útero, cólico, trabajo de parto; tiempo mágico y tiempo cotidiano. Tercera escena: después de la experiencia íntima, ¿cómo me relaciono, cómo acciono desde la sabiduría sangre?. Convoco un aplauso y culmina en un acto al unísono. Vestida de fiesta y medias verdes, en el exConvento de Culhucán, acarreando gente dos minutos antes de comenzar, otra vez era soleado y me autopresenté.

En la tercera presentación, de noche, en un bar cultural en Cholula, fue en el marco de un festival de artes escénicas. Cihuayo se visionó para ese lugar y ese momento y así se sintió. A la primera y tercera escenas, añadí la magia de las percusiones de audio de una boda africana. Público sintonizado y de fiesta, espejeándose. Rito que terminó en una explosión, “soy mujer tierra que tiembla sus nalgas y grasa adyacentes con orgullo y juego, gozo y lucidez de sentires”.

De milagro se dijo “menstruación”….es escondido el signo menstrual. ¿Por qué?, ¿por pena?, ¿porque se ve feo?, ¿por confusión? Tuve una presentación al micrófono al no aparecer en el programa del día - en el programa general del Festival si, pero editada-. Tons se mochó toda idea sangrantemente menstruosa. Quiero pensar que fue falta de atención del editor, lo bueno es que en vivo se pronunció: "Danza ritual: Menstruación".

Fluye de mi cuerpo a la tierra De ahí viene la vida,y la muerte, se silencia, se calla, se disfraza. Menstrué en la primera y la tercera presentaciones. Bendita sintonía.

Una danza para continuar siendo danzada, explorada y matizada. La próxima: Ensueño una danza con panza embarazada y la digna rabia, coraje amoroso y cantante de la mar. Leche y liquido amniótico, memorias ancestrales, pa allá voy….cuerpo paisaje de la tierra y el mar.

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